Hemos dicho que los grandes cambios no suceden por arte de magia. La justicia no cae como maná del cielo. Hay que ganarla en la lucha popular porque “los derechos no se mendigan, se conquistan”. Si esperamos que los poderosos solucionen nuestros problemas o que un político nos salve con sus recetas, estamos perdidos. La organización es una herramienta de lucha y por ende sólo sirve cuando ponemos manos a la obra. Sin organización, la economía popular es el reino de la selva: se salva el que puede y casi siempre pisando la cabeza al compañero para ver quien se lleva un poco más de las migajas que nos deja el sistema. Sin organización popular, los trabajadores y humildes no tenemos ninguna posibilidad de arrancarle nada al gobierno o a los capitalistas porque el Pueblo no tendrá poder para lograrlo. Por eso, ¡sin poder popular no hay justicia social!
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